De manera pragmática, se quieren cerrar brechas materiales en educación haciendo
concesiones para la construcción y
mantenimiento de locales escolares. Pero al mismo tiempo y con igual pragmatismo,
se busca acortar “brechas” de calidad educativa, con sesiones de aprendizaje mejoradas, aumentando el horario escolar.
Importa señalar que todas estas medidas son necesarias, efectistas y serán
vistas muy bien por la comunidad educativa; pero, ellas deberían orientarse
adecuadamente, para no constituirse en “Caballos de Troya” de la privatización
educativa, de nuevas formas de colonialismo-centralista y de desprofesionalización docente. ¿Será posible
convertir el pragmatismo educativo, en práctica efectiva para mejorar, en
calidad y pertinencia, la educación de nuestro Pueblo?
CONCESIONES
2012.- Las empresas privadas –luego de analizar la “Gran Transformación” del nuevo
Gobierno- comenzaron a postular, desde sus propios intereses, su “Plan Nacional
de Infraestructura 2012-2021”, donde se defiende la existencia de Asociaciones
Público – Privadas (APP). Este documento fue elaborado por la ESAN, por encargo
de la “Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional” (AFIN), que
actualmente preside el economista Gonzalo Prialé, también vicepresidente de la
CONFIEP. En este Plan ya se postula la necesidad de que el Estado entregue como CONCESIONES a la empresa privada, la construcción y mantenimiento de infraestructura
educativa, en el marco de la AAP.
2014, febrero.- En febrero de este año, la necesidad de una APP en el
campo de infraestructura (también educativa) la defendió públicamente Pedro
Pablo Kuczynski, precisando que el Ministerio de Economía y Finanzas estaba muy
interesado que esto se materializase “en diversos sectores” (ANDINA, 26-02-2014).
2014, 03 abril.- Como si todo fuese una suerte de orquestación, el
presidente de AFIN anunció en los primeros días de abril del 2014: “Todo
indica que ha llegado el momento de promocionar el ingreso de la inversión
privada en escuelas, sobre todo rurales, así como en centros de salud, unidades
básicas de atención primaria (UBAP), y hasta hospitales nivel I. El sector
privado puede participar en el desarrollo y construcción de infraestructura
educativa y de salud, en la modalidad de obras por impuestos, o mediante la
presentación de iniciativas privadas cofinanciadas” (Correo, 03-03-2014).
Y así fue.
2014, 10 abril.- El pasado 10 de abril, el Ministro Castilla -gran decisor de políticas económicas
y sociales de nuestra Patria- anunció a la prensa extranjera que en el
Presupuesto 2015 del país se iban a destinar mayores recursos para educación,
aumentando los montos para infraestructura educativa. Operativamente esta mayor
inversión se haría mediante una Alianza Público Privada (APP), dando
concesiones a la empresa privada, para la construcción y mantenimiento de la
infraestructura de las escuelas públicas. Las concesiones tendrían una duración
de 30 años.
2014, 10 abril.- Simultáneamente, el Ministro de Educación, Jaime Saavedra, informó que el Gobierno alista un
proyecto de ley para crear un Programa Nacional de Infraestructura Educativa,
que permita cubrir la brecha existente en este rubro. "La brecha que
calculamos en infraestructura educativa es aproximadamente 56 mil millones de
soles, aproximadamente el 10 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI)",
reveló… Por otro lado, queremos poner los incentivos para que el sector privado
nos ayude en inversión en infraestructura educativa". Saavedra indicó que
el Programa a crearse permitirá también tener los recursos suficientes para
fomentar las Asociaciones Público Privadas (APP) en infraestructura y
mantenimiento, y también en obras por impuestos” (Oficina de Prensa del MINEDU,
10-04-2014).
2014, 11 abril.- De manera coincidente, un día después, la Agencia de Calificación Fitch Ratings anunciaba que el Perú
ofrecía apertura a la inversión privada en proyectos de infraestructura.
2014, 24 abril.- El coro de los voceros de la empresa privada no está silencioso. Por
ejemplo, el diario Gestión aplaude la
noticia, como “menos sueño y más realidad” (24-04-2014).
Como hemos dicho, la medida de mejorar la infraestructura educativa no es
mala. Es necesaria. Hace parte de generar mejores condiciones de educabilidad.
Sin embargo, hay que estar vigilantes para que esto no sea el ingreso descarado
del realismo-mágico del sector privado que busca solamente lucro en sus
inversiones y mucho más cuando amasa ganancia, a costa de los recursos del
Estado, que son plata de todos los peruanos/as.
Es evidente que el mejoramiento de la infraestructura educativa no
solamente se presenta como una necesidad; sino que la misma comunidad educativa
lo va aplaudir, como sucedió con las construcciones escolares durante el
Gobierno del dictador Fujimori. Aún más, no olvidemos que esto se daría, de
manera sistemática y agresiva, desde el 2014, en pleno período electoral.
CON SESIONES DE APRENDIZAJE
La capacidad operativa (¿pragmática?) del Ministro Saavedra no se está quedando
solamente en medidas de carácter material: ¡infraestructura educativa! También
busca incursionar en el cómo debe enseñarse en el aula, al buscar intervenir en
el cómo los docentes deben desarrollar una sesión de aprendizaje. Una metodóloga
de su confianza habría sido encargada de preparar las orientaciones
correspondientes. Positivamente, las sesiones de aprendizaje se harían con un incremento del horario escolar.
Importa recordar que la práctica educativa supone considerar –de manera
articulada- un conjunto de factores. Hay necesidad de mejorar la
infraestructura educativa, las formas de operar en el aula y de incremento del horario escolar. Esto último es positivo, aunque supone: ampliación de locales escolares, alimentación de estudiantes, incremento de la jornada de trabajo docentes... y todo ello con ampliación presupuestal.
En el campo de orientar las sesiones de aprendizaje, existe ambigüedad. Esto es parte de lo metodológico, donde se supone que hay claridad sobre los aprendizajes que deben ser desarrollados y cómo el logro de
ellos deben impactar en los proyectos de vida de los estudiantes y en el
proyecto-país, con desarrollo económico, productivo y social y con afirmación
cultural. No basta buscar “logros de aprendizaje”, sino establecer qué
aprendizajes deben lograrse y hacia dónde ellos deben orientarse, de manera
aplicada y recreada.
El pragmatismo nos lleva simplemente a resolver problemas reales, pero
simplemente externos en el campo educativo. Discuto-modifico variables
independientes e intervinientes en los aprendizajes, pero no preciso mi
variable dependiente. Y en este sentido, a la larga, mejoro los aprendizajes
que ahora se promueven-imponen, sin haber precisado si son los más pertinentes
estratégicamente para los sujetos individuales y colectivos.
Al querer “orientar” a los docentes sobre el cómo deben desarrollar
sesiones de aprendizaje, pueden derivarse consecuencias terribles.
Actualmente,
el MINEDU ha (pro-im)puesto el uso de “Rutas de Aprendizaje” y “Mapas de
Progreso”. En diversas regiones educativas del país que visito, constato que
los “especialistas” de las UGELs y de la DREs imponen a los docentes el “nuevo
dogma”. Ni ellos entienden de qué se trata, ni el magisterio de base lo
entiende. En la medida que las orientaciones se han realizado en diversas
instituciones del sector, con disparidad de consultores, no hay coherencia (ni
siquiera en categorías usadas). Los maestros de base están confusos. Con las
orientaciones sobre “sesiones de aprendizaje” ciertamente aumentará la
confusión. No solamente esto.
Al maestro/a, se le comenzará a tratar como a un sub-profesional. Es como
si el Ministerio de Transportes y Comunicaciones entregase a los ingenieros
encargados de hacer una carretera, "los pasos" que ellos deben seguir
para cumplir con la obra. O como si se entregase a los cirujanos del país,
manuales de cómo hacer intervenciones quirúrgicas.
El facilismo de un magisterio con escasa formación profesional quizás
aplauda la medida, pero a la larga, tendremos docentes sub-profesionales.
Aún más, desde Lima se impondrán recetas centralistas. Una suerte de
colonialismo pedagógico seguirá perdurando, bajo el pretexto de mejorar el cómo
enseñar, sin dar autonomía para que los mismos sujetos de la educación decidan sobre su propio proceso formativo. Ésto supone que la misma Comunidad
Educativa tome decisiones –por lo menos- en; el para qué aprender, el qué
aprender, el cómo aprender y en qué condiciones aprender.