Algunos medios de comunicación anuncian cambios de autoridades en el Ministerio de Educación (MED). ¿Hay una ofensiva de sesgo político o más bien la sensación de pocos avances en el MED?
En algunas regiones del país, un sector del magisterio se encuentra en huelga. Las autoridades del Ministerio de Educación prometen anunciar en estos días respuestas a favor del “desarrollo magisterial”. Otro sector del magisterio se encuentra a la expectativa y levanta las banderas de una nueva y necesaria propuesta de ley del profesorado.
Como nunca, se sienten preparativos para “celebrar” el próximo 6 de julio el Día del Maestro en el Perú. Varias regiones y municipalidades, como la provincial de Lima, informan que rendirán homenaje a los docentes.
Mientras tanto, el maestro de a pie se encuentra desconcertado y sufriendo múltiples problemas, como el salarial.
CONTEXTO INCIERTO Y DE CAMBIO
1. El magisterio peruano creyó en la “Gran Transformación” propugnada por Ollanta Humala. En las últimas elecciones presidenciales del Perú –en primera vuelta- un 42% de los docentes dio su voto por el comandante que prometía una revolución educativa. Y en segunda vuelta, el voto magisterial subió a cerca del 77% a favor del hoy Presidente de la República (ver nuestro Blog, entrega del 11 de septiembre 2011).
2. Es verdad que muchos docentes votaron por Ollanta Humala, en la medida que hizo promesas de mejoras en el magisterio, en la educación y en la sociedad: Revisión de la nueva Ley de Carrera Pública Magisterial, incremento de haberes, revolución educativa, “Gran Transformación”.
3. En el voto magisterial, me parece obvio que pesaron más las promesas de política magisterial que las promesas de cambios en políticas educativas y estas últimas mucho más que las promesas de cambio en el conjunto social. Esta diferenciación nos ayuda a comprender mejor la incertidumbre que se ha ido gestando en el magisterio nacional, respecto al actual Gobierno.
4. En los primeros meses del nuevo Gobierno de Ollanta Humala, la expectativa magisterial fue grande y esto se profundizó con el ingreso de personas progresistas en la dirección del Ministerio de Educación. Como que “no se quería hacer olas”: el SUTEP –a tono con sus debilidades orgánicas- como que dio tregua al nuevo Gobierno y muchos docentes engrosaron las filas de la “Coordinadora Nacionalista Magisterial” (en su primer evento nacional, participaron unos 800 delegados y en el segundo, unos 1450 docentes).
5. Después de unos cuatro meses y con el Gabinete Valdés, quedó claro que ya no habría “Gran Transformación” de la sociedad. Los sectores más politizados del magisterio comenzaron a tomar distancia del Gobierno, aunque quedó la esperanza de algún cambio importante en el sector educación. Estos sectores cuantitativamente son minoría, pero coinciden por su amplia influencia en el campo educativo.
6. Durante el año 2012, se esperaban cambios importantes en educación. Se pusieron algunos de ellos en el papel o fueron anunciados. Pongamos tres ejemplos.
• Se aprobó un presupuesto interesante para educación; pero, pasado medio año, sólo se ha ejecutado a la fecha un 36%, según el portal del MEF;
• Se superó la llmada “moratoria curricular” con su reduccionismo en comprensión lectora y matemática; pero –aparte de muchas reuniones y coordinaciones- no hay mayores acciones prácticas en el campo de la formación en ciudanía, formación para el trabajo y desarrollo en el fascinante mundo de las ciencias. Aún más, las “Rutas de aprendizaje” que está postulando el MED (además que no forman a los docentes para su autonomía, sino para la aplicación mecánica de “pasos”, mismo estilo conductista-instruccional de los años 80) solamente promueven la ‘comprensión de textos’ y ‘matemáticas’.
• Se aceptaron las Políticas 5.1 y 5.2 del Proyecto Educativo Nacional (PEN), en el sentido de tener un marco curricular de alcance nacional y proyectos curriculares nacionales. Esta positiva medida no tiene el apoyo de recursos propios para que las regiones trabajen y profundicen sus avances en materia curricular (por ejemplo, en el caso del PCR de Puno).
7. Los cambios en educación, es verdad, son lentos y a veces deben ser precisados y consensuados. Sin embargo, hay cambios que ya no requieren mayores diagnósticos y sobre los cuales hay un relativo consenso. Desde el aparato del Estado, los cambios son también técnicos, pero fundamentalmente políticos. Y un sector más amplio del magisterio comienza a sentir que en materia de “políticas educativas” no hay mayores modificaciones, en lo concreto y a nivel de aula.
8. Desde el MED, se impulsa y respeta la descentralización. Hay un “Pacto de compromisos” entre las autoridades nacionales y regionales del Sector. Pero, en este momento de tránsito, ni las regiones asumen decisiones sustantivas, ni la sede central. Y todo ello conlleva una sensación de inercia. La comunidad educativa y el magisterio están pasando de la incertidumbre a la percepción de un continuismo, que –en el papel- no lo es; pero que –en la práctica- sí lo es.
9. El abandono de las tesis de la “Gran Transformación” y la lentitud en los cambios en las políticas educativas han venido desactivando el entusiasmo magisterial. Este debilitamiento se ha sentido fundamentalmente en los sectores docentes de vanguardia. Sin embargo, a nuestro juicio, es la lentitud en lo referente a políticas magisteriales lo que ha comenzado a cercenar más ampliamente el apoyo del magisterio al Gobierno de Ollanta Humala. Del apoyo activo, se pasó al apoyo pasivo; y ahora estamos ingresando a la confrontación pasiva de la mayoría y activa de muchos.
EL CASO DE LAS REMUNERACIONES DOCENTES
10. Para el maestro de a pie, las políticas magisteriales se sienten y viven fundamentalmente en su salario mensual y en las condiciones de trabajo: En el presente de su poder adquisitivo y en el futuro de su estabilidad laboral (para algunos, también en el futuro de su condición de cesantía). De allí, que el tema remunerativo (salario mensual y adeudos por preparación de clases) y el tema de la normatividad sobre trabajo docente, sean altamente sensibles en el quehacer docente.
11. En el 2011, teníamos unos 334,750 docentes laborando en el sector público. De ellos, unos 53,616 (16.02%) se encuentran en el régimen laboral de la nueva Ley de Carrera Pública Magisterial (nLCPM). Los que están en la nLCPM tienen justificados ingresos superiores a quienes no lo están que son la mayoría absoluta (84%). Ver cuadros comparativos. Estas diferencias están generando comparaciones odiosas entre los docentes y divisiones. A veces un docente que no está en la nLCPM tiene trabajos más exigentes, pero gana menos; o trabajan igual y ganan diferente. A veces, los docentes de la nLCPM incorrectamente se creen superiores a quienes no lo están. La situación se está convirtiendo en insostenible.
12. De acuerdo al valor de la canasta familiar, el promedio de docentes debería estar ganando algo más de 2,800 nuevos soles. Sin embargo, la mayoría de quienes están en la Carrera Pública en el régimen de la Ley del Profesorado ni quienes están en el régimen de la nLCPM se aproximan a este monto.,
13. Según estudio de Mordurochowicz y Duro (2008), los docentes peruanos tienen las remuneraciones más bajas de América Latina cercanas a las del magisterio ecuatoriano y boliviano. Costa Rica, Colombia y Chile tienen las más altas remuneraciones de la Región, en alrededor de los 1200 dólares al mes.
14. Según el mismo estudio, en toda América Latina, un docente sólo recibe la mitad de lo que percibe un profesional con similar formación profesional. La desvalorización de la carrera docente es generalizada en América Latina.
15. Todo lo que hemos dicho en referencia a las remuneraciones, los docentes de a pie no lo saben de memoria, sino que lo viven. Y esta situación que no se está modificando con el actual Gobierno está motivando crecientes y justas luchas magisteriales a lo largo y ancho del país. Esperemos que la realidad brevemente resumida se modifique con los esperados anuncios que el MED ha programado para los próximos días. De no ser así, las luchas magisteriales -con justicia- irán en aumento, exigiendo no solamnte cambios en la política magisterial, sino en los conductores del Sector.