domingo, 3 de agosto de 2014

CURRÍCULO Y FORMACIÓN EN INVESTIGACIÓN


Bien sabemos que se encuentra en debate un Marco Curricular Nacional. En él debería explicitarse mejor la formación en Ciencia, Tecnología e Innovación de los Estudiantes de Educación Básica y de Formación Magisterial. Los educandos –de manera gradual- deben ser formados hacia una cultura investigativa; pero, ello supone que –en la formación magisterial inicial y en servicio- se considere el desarrollo de competencias investigativas.

SABER RECREADO

Históricamente, los hombres y mujeres hemos desarrollado prácticas para buscar satis­factores a nuestras necesidades de sobrevivencia y desarrollo. En la medida que -sobre estas prácticas- guardamos  información fuera de nosotros mismos (usando el lenguaje en diversas formas) las prácticas reiterativas de las personas se convirtieron y convierten en experiencias, fundamentalmente colectivas y acumuladas durante varias generaciones. Todo ello constituye la producción cultural que se ha ido acumulando en objetos y situaciones materiales y visibles (objetividad cultural), pero también en procesos internos a las personas y grupos sociales (subjetividad cultural).

El surgimiento del currículo –como una práctica humana- surge cuando los procesos de enseñar y de aprender se hicieron intencionales, respondiendo así a la reproducción y recreación cultural. La educación asumió objetos de enseñanza y de aprendizaje y la formalización de ellos, como saberes fue organizándose en lo que hoy llamamos currículo.

Los contenidos curriculares deben expresar –de la forma más amplia y actualizada- el Saber objetivo, social e históricamente producido, acumulado y organizado  por la diversidad de Pueblos. Cuando estos saberes se interiorizan en los sujetos individuales y colectivos devienen en Saber subjetivado (aprendizaje) y cuando se aplican en la práctica social, se convierten en Saber objetivado.

Sin embargo, los humanos estamos en permanente cambio en los saberes. La sociedad contemporánea y del futuro se basa en el desarrollo-aplicación de nuevos saberes. Por ello, surge como una necesidad la formación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI). Si nuestro pueblo no es formado en esta perspectiva, el mismo desarrollo estratégico del país se pone en cuestión.


En este marco, el proceso educativo no se agota en la simple reproducción, repetición y aplicación del saber existente. Desde la Educación Inicial, debe promoverse el hábito creativo no solamente en los procesos materiales, sino también en el campo de los conocimientos, en la manifestación de los sentimientos-valores y en las formas de ejercicio de la libertad. Cada vez, es más claro que el Saber subjetivado y objetivado se complementa con el Saber recreado que finalmente realimenta al Saber Objetivo. Ver Gráfico Nº 1.

Gráfico Nº 1

FORMACIÓN INVESTIGATIVA

Asumir la necesidad de que nuestros educandos y docentes tengan las competencias necesarias para recrear el saber, significa desarrollar su conciencia crítica pero también su capacidad creativa en el campo del saber. Decimos “conciencia crítica”, para ir más allá del enfoque meramente cognitivo del “pensamiento crítico”. La conciencia conlleva: querer, pensar y tomar decisiones.

Nuestros educandos deberían gradualmente ser preparados en la esfera de la investigación. En el Cuadro Nº 1 (abajo), entregamos una propuesta que nos permitiría avanzar  en una formación investigativa desde Educación Inicial. De esta manera, al terminar la Educación Secundaria, nuestros educandos/as tendrán desempeños que hoy recién se obtienen en la Educación Superior. Obviamente, esto supone que en la malla curricular de la Educación Básica (Regular, Especial y Alternativa) se considere la preparación de nuestros Niños/as en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI).

En el Cuadro Nº 2 (abajo), presentamos una propuesta de competencias que deberían considerarse en la Formación Magisterial Inicial. En la medida que los actuales Maestros/as en servicio adolecen de estas competencias, todos ellos deberían ser preparados o actualizados en el campo de la investigación.

Estamos de acuerdo en ampliar horas para la Educación Física; pero ¿por qué no asumir similar comportamiento en relación a la formación investigativa? Una mirada estratégica de país así lo exige. En la medida que haya ampliación del horario escolar, será posible introducir también estos contenidos curriculares.

Cuadro Nº 1



Cuadro Nº 2