viernes, 1 de mayo de 2015

LA EDUCACIÓN Y LOS TRABAJADORES EN EL PERÚ

En el Perú y a nivel mundial, estamos celebrando el DIA DE LOS TRABAJADORES. ¿Qué está haciendo por ellos la educación peruana? Para año 2012, la Población en Edad de Trabajar bordeaba los 22 millones de peruanos y peruanas. Actualmente (2015), la PET debe estar cercana a los 22 millones y medio y los que realmente están trabajando deben superar los 16 millones de peruanos y peruanas (ver Gráfico Nº 1). ¿El sistema educativo los ha formado para el trabajo y los sigue formando dentro de un enfoque de educación (permanente) para toda la vida?

EDUCACIÓN BÁSICA REGULAR Y TRABAJO
A comienzos del siglo XX, los trabajadores peruanos enarbolaron la consigna del “8+8+8”, que se traducía en 8 horas de trabajo, 8 horas de estudio y 8 horas de descanso. Intuitivamente reclamaron que se diese un estrecho nexo entre educación y trabajo. ¿La actual educación da esta formación para, en y desde el trabajo?
Hemos venido repitiendo que nuestra clase dirigente, también en educación, tiene una visión tautológica del sistema educativo. En Educación Básica Regular, se buscan logros de aprendizaje, sin explicitar el para qué. No existe una finalidad que sirva de orientación estratégica para toda la práctica educativa.
En la Reforma Educativa velasquista se establecieron tres fines claramente: (a) Educación para el trabajo y el desarrollo; (b) Educación para la transformación estructural de la sociedad; y (c) Educación para la autoafirmación y la independencia de la nación peruana.  Y desde esta opción (que puede discutirse), se derivaron –por ejemplo- contenidos curriculares, organización educacional, etc. La primera finalidad se concretizó en: crear las modalidades de Educación Básica Laboral, de Calificación Profesional, organización de Unidades de Instrucción en los centros de trabajo, etc. El Proyecto explícito de País orientaba lo que se debía intencionalmente aprender y enseñar en el sistema educativo peruano, aún más allá de la educación básica y de las escuelas formales. Claramente se formaba para el trabajo, en y desde el trabajo.
Actualmente, se habla de logros de aprendizaje no en todas las áreas curriculares, sino solamente en algunas de ellas (comunicación y matemática). Aún con esta focalización, no existe una explícita orientación sobre el para qué mejorar en matemática o en comunicaciones. Claro que implícitamente se asume que los aprendizajes logrados deben coadyuvar a la manutención y mejoramiento del modelo de sociedad y de civilización hegemónicos. Así como hablamos que muchas veces se trabaja con un “currículo oculto”, también podemos decir que las autoridades del Gobierno nos están acostumbrando a trabajar educacionalmente en función a un “Proyecto oculto de País y de sociedad”, obviamente neoliberal.
Dentro de este marco, los Proyectos Personales de cada peruano y peruana ya no tienen mucha cabida. Están sobre-determinados por el hegemónico Proyecto oculto de País y de sociedad. La educación que se imparte tiene un currículo ajeno a los trabajadores, no le interesa los proyectos personales de los estudiantes que estudian y trabajan. En el aparente caos y aún iniciativas se acomoda a los intereses privados y no a la solución de problemas formativos de los trabajadores/as.
Desde hace dos años, a los Niños Trabajadores ya no se les permite estudiar en los Centros de Educación Básica Alternativa (CEBA), pues en ellos se ha suprimido los “Programas de Educación Básica Alternativa para Niños y Adolescentes” (PEBANA). Esta supresión se dio durante la gestión de Patricia Salas, pero aún continúa con el actual Ministro.


EDUCACIÓN PERMANENTE PARA LOS TRABAJADORES
Nuestra Constitución señala que todo peruano o peruana debería tener –por lo menos- la Educación Básica. Pero, esto no se cumple en nuestra Patria. Tenemos 10’022,514  de peruanos y peruanos de 15 y más años que no han culminado su Educación Básica: O son analfabetos o tienen primaria incompleta-completa o no culminaron sus estudios de secundaria (ver Cuadro Nº 1). Estimamos que más de 8 millones y medio de esta población son trabajadores.

La Educación Básica Alternativa (EBA) que debería tener la función remedial de ofertar servicios educativos a esos 8 millones y medio de trabajadores en los CEBA, no lo hace. Aquí solamente se atiende a cerca del 2% de la potencial demanda de la EBA. Aún más, los matriculados en los CEBA –de los cuales un 56% estudia y trabaja- tienen una oferta educativa de pésima calidad, con un currículo que nada tiene que ver con sus proyectos de vida personales.
Si asumimos el criterio de una educación para toda la vida, como se postula internacionalmente en la Educación para Personas Jóvenes y Adultos (EPJA), la potencial demanda llega a los 18’001,313, la mayoría de ellos personas que trabajan o en situación de desocupación. Estos jóvenes y adultos trabajadores no se les atiende ni siquiera para que culminen su educación básica y –cuando esto sucede- lo que aprenden no tiene ni calidad, ni equidad, ni pertinencia.

Los economistas –actualmente en el mando dentro del Ministerio de Educación- deberían tomar conciencia que la inversión en este sector de la población tiene una Tasa Interna de Retorno mejor y más rápida. Los Trabajadores jóvenes y adultos de nuestra Patria aún esperan la gran transformación en su proceso formativo.

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