Acaba de conocerse la nómina total del Gabinete del flamante Gobierno de Ollanta Humala. Está integrado por personas de reconocida trayectoria profesional y con dispares opciones político-ideológicas. Se trata de un auténtico esfuerzo de confluencia de personas representantes o representativas de un abanico de posiciones políticas. En el Ministerio de Educación (MED), se ha nominado a Patricia Salas O`Brien, una colega progresista y que fue Presidenta del Consejo Nacional de Educación.
En este contexto, caben hacerse algunas interrogantes importantes: ¿Cómo queda una “revolución educativa” en este Gobierno multipartidario o de “Concertación Nacional”? ¿Qué piensa y siente la comunidad educativa sobre el nuevo Gobierno que juramenta este 28 de Julio?
Para responder estas interrogantes, hay que ver cómo se completa el equipo que va a dirigir el MED y cuáles son los anuncios sectoriales que se deben dar en los próximos días. Por ahora, desearía compartir con ustedes los resultados de un sondeo nacional, realizado en el pasado mes de junio, a Docentes del Sector Público (1). El estudio se realizó con una muestra estratificada por regiones, niveles educativos y área urbano-rural de trabajo, con un margen de error de +-2.5%. Los resultados de este estudio permiten señalar el clima del magisterio nacional, en relación a las prometidas transformaciones socio-educativas del país.
EL CAMBIO ES LA OPCIÓN DEL MAGISTERIO
1. Ya José Carlos Mariátegui constató que “el maestro peruano quiere ocupar su puesto en la obra de reconstrucción social; no se conforma con la supervivencia de una realidad caduca” (2). Diversos estudios corroboran que el magisterio nacional siempre estuvo en la vanguardia de los cambios. Aún ahora, en las luchas de los Frentes de Defensa, siempre están presentes los docentes, a nivel individual (por ejemplo, el dirigente Alberto Pizango de la AIDESEP es un docente) o a nivel colectivo.
2. En las elecciones presidenciales de la década del 90 y del primer decenio del 2000, también el voto magisterial se inclinó por los candidatos que representaban el cambio.
3. En estas últimas elecciones presidenciales (2011), en la primera vuelta, el magisterio peruano osciló entre un candidato que representaba el cambio para el conjunto de la sociedad (Ollanta Humala) y el cambio para el grupo social docente (Alejandro Toledo). Viendo las cifras del Cuadro Nº 1, veremos que –en el voto válido de las elecciones 2011, primera vuelta- un 42.4% del magisterio votó por Ollanta Humala y un 32% por un Toledo. Para los docentes: Ollanta representaba la “izquierda” y Toledo, el “centro”; pero, en ambos casos, se postulaba la transformación del conjunto de la sociedad y/o de la situación magisterial.
4. En las elecciones presidenciales del 2011, solamente un 24.8% de los docentes se inclinó por candidatos que explícitamente proclamaban una posición conservadora (“derecha”). En primera vuelta, cerca de las ¾ partes del magisterio nacional votaron por Keiko Fujimori (7.3%); Pedro Pablo Kuczynski (12%); y Luis Castañeda Lossio (5.5%). En el conjunto de la población peruana, estos candidatos de derecha tuvieron una votación del 51.9% del voto válido; sin embargo, en el magisterio, la opción derechista apenas llegó al 24.8%. Las opciones de transformación son más sentidas en el magisterio peruano que en el conjunto de la población.
5. Una vez más, entonces, las últimas elecciones presidenciales –en primera vuelta- corroboran que la mayoría de docentes del Sector Público mantienen su opción por el cambio. Y obviamente esta tendencia es positiva, si realmente se quiere emprender una “revolución educativa” en el país, como lo ha prometido Ollanta Humala de “Gana Perú”. Pero, esta misma opción se puede convertir en un boomerang, si la transformación se ve traicionada.
MAGISTERIO “OLLANTISTA”.
6. Como sabemos, durante el primer Gobierno del Dr. Alejandro Toledo, el conjunto del magisterio mejoró en 50.22% su poder adquisitivo. Por ello, su promesa de aumentar las remuneraciones docentes –en la última campaña de elecciones presidenciales- condicionó positivamente para que un 32% de los docentes votase por él (primera vuelta). Este porcentaje de voto docente es superior al que alcanzó Toledo en el conjunto de la población (15.6%).
7. El condicionamiento remunerativo del voto magisterial hacia Toledo, no impidió que Ollanta Humala ocupase el primer lugar en el voto docente. Un 42.4% votó por el candidato de “Gana Perú”, en primera vuelta. Diríamos que este porcentaje constituye el núcleo duro del magisterio “ollantista”. Sin embargo, asumimos que el magisterio no emitió su voto por el comandante Ollanta Humala, en cuanto tal, sino en la medida que proclamaba -en general- una gran transformación para el país y -en particular- una “revolución educativa”. Un magisterio predispuesto al cambio encontró una canalización de sus aspiraciones y una representación de sus utopías.
8. Ya en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales (ver Cuadro Nº 2), encontramos que un 76.5% del magisterio nacional emitió su voto a favor de Ollanta Humala; pero hay un importante contingente de 14.6% que constituye el núcleo duro de docentes que optan explícitamente por posiciones fujimoristas. Pero, también hay un significativo 8.9% que votaron en blanco o viciaron su voto, en la medida que no tenían mayor esperanza en ninguno de los candidatos.
9. Considerando solamente los votos válidos, veremos que -en segunda vuelta- abrumadoramente un 83.9% vota por Ollanta Humala. Solamente un 16.1% lo hace por Keiko Fujimori.
10. El voto docente por Ollanta Humala evidentemente se incrementó entre la primera y la segunda vuelta. Si analizamos el Cuadro Nº 3, encontraremos que:
- Casi todos los que votaron por Ollanta en primera vuelta (un 99.4%) lo volvieron a hacer en la segunda;
- No fue el caso de Keiko Fujimori: Solamente un 84.8% de sus votantes docentes en primera vuelta, lo hicieron en la segunda. Cerca del 12% del voto fujimorista migró hacia Ollanta;
- Como era de esperarse, un 82.8% de quienes votaron por Toledo en primera vuelta, dieron su voto a Ollanta Humala en la segunda vuelta. Pero, compensatoriamente, un 7.5% de docentes “toledistas” inclinó su voto hacia Keiko Fujimori.
- En el caso de quienes votaron en primera vuelta por Kuczynski, Castañeda u otros candidatos se puede notar que no existía mayor consistencia en sus opciones iniciales. En segunda vuelta, dispersaron su voto, mayormente hacia Ollanta Humala.
EXPECTATIVAS POR EL CAMBIO
11. Apenas una minoría de docentes es pesimista respecto a lo que pueda realizar el nuevo Gobierno en el campo de la educación en general (ver Cuadros Nº 4). Sólo un 7.3% cree que la educación va empeorar –muchísimo o en algo- durante el Gobierno de Ollanta Humala que se inicia. Cerca de las ¾ partes del magisterio (74%) asume que la educación va a mejorar, en algo o muchísimo. Las expectativas de cambio son muy altas.
12. En relación a la situación magisterial, también hay una alta expectativa de cambio. Un 73.7% de docentes asume que su situación magisterial va a mejorar en algo o muchísimo (ver Cuadro Nº 5). Como se verá hay un ligerísimo menor optimismo de los cambios en la situación magisterial, comparativamente a los cambios posibles en la educación general. Esto se vislumbra también cuando se ve que el porcentaje de docentes que señalan que todo “va a seguir igual” es mayor cuando se habla del magisterio, que cuando se opina sobre la educación en general.
13. Una vez más el magisterio nacional de base apuesta por el cambio. Y esto guarda relación con el último Congreso Nacional de la “Coordinadora Magisterial Nacionalista” (Lima, 23 de julio 2011), donde cerca de cuatrocientos delegados de todo el país ratificaron su esperanza de poner en marcha una “revolución educativa”.
14. La amiga Patricia Salas O’Brien, nueva Ministra de Educación, encuentra un magisterio de base predispuesto al cambio en la educación y en la sociedad. Pero, también un contingente de docentes que –de manera orgánica- exigen esa necesaria transformación. Existe, entonces, un tiempo propicio para que las nuevas autoridades del MED canalicen la energía y sentimientos de transformación que se han gestado en la comunidad educativa nacional en general y, en el magisterio, en particular
15. Existe un contexto propicio para –de veras y de manera sistemática- emprender cambios profundos en la educación peruana. Para ello, las nuevas autoridades del Sector podrían tomar como punto de partida la aplicación del “Proyecto Educativo Nacional al 2021” (PEN), el cual debería ser críticamente revisado. Dentro de un “Gobierno de Concertación Nacional”, el PEN tiene la ventaja de haber sido consensuado por grupos de diversas posiciones ideológicas, con enfoque “nacional”. Aplicarlo, entonces, sería un buen punto de partida para la “revolución educativa” prometida por el Gobierno de Ollanta Humala.
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(1) Para el proceso de recojo de información, en todas las regiones del país, hemos recibido el apoyo de varias personas e instituciones. Destaco la colaboración desinteresada de: Alegre, Duilio; Alejo, Abdón; Araujo, Santiago; Cáceres, Teresa; Calla, Jimmy; Carlos, Sindulia; Carrión, Marco Antonio; Céspedes, Gregorio; Conislla, Ronny; Chávez; Choque, Efraín; Óscar; Herrera, Richard; De la Vega, Pedro; Enríquez, Jeny; Limaylla, Milagros; Malpartida, Javier; Mamani, Gabriel; Delgado, Julia; Medina, Dúbner; Espinoza, Rosa; Mestanza, Manuel; Mujica, Rosa; Muro, Luis; Olivera, Jorge; Olórtegui, Rufa; Pacheco, José; Palomino, Cecilia; Portilla, Arturo; Quiñones, Carlos; Ramírez, Hernán; Ramírez, Teófilo; Rivas, Manuel; Sarzoza, Martha; Segura, Francisca; Solís, Jorge y; Zenón, Alejandro. En el trabajo de procesamiento informático de la información, agradezco el invalorable apoyo de Ernesto Quiñones Dolorier.
(2) MARIÁTEGUI, José Carlos (1986). Temas de educación. Biblioteca Amauta, X Edición, p. 65.
El cambio en el magisterio significa que deban trabajar y no sólo hacerlo por cumplir. Creo que el cambio no le conviene a un grueso sector del magisterio, que ahora sólo "trabajan" cuatro días a la semana- Son contados con los dedos los que trabajan en forma consciente.
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