lunes, 9 de diciembre de 2013

PISA-ECE-LLECE: CIERRES DE CAMPO Y EL PARA QUÉ DE LA EDUCACIÓN


Los resultados de la Evaluación PISA correspondientes al año 2012 no han hecho sino corroborar lo que ya sabemos: ¡Nuestra educación se encuentra en crisis! Pero, la noticia ha permitido que –por lo menos- se ponga en debate esta situación, aunque sea por un momento. ¡Una crisis establecida desde los mismos parámetros del sistema globalizado, con un tufillo –entonces- de eurocentrismo y de “colonialismo pedagógico”.

Desde nuestra perspectiva, queremos analizar esos resultados, recordando otras evaluaciones, así como considerando sus “cierres de campo” y su nexos con el “para qué de la educación”.

ECE-LLECE-PISA

Recogemos algunas expresiones de expertos en educación o autoridades, propagadas en los últimos días, en el Perú, a propósito de la difusión de los resultados de la Prueba PISA:

·         “En el Perú, no somos últimos en calidad de la educación, a nivel mundial ni latinoamericano, porque solamente han participado en la Prueba PISA, unos 65 países de todo el mundo y sólo 7 de América Latina”.

·          “No creo que todo en el Perú sea una desgracia. Es cierto, estamos en una ubicación deplorable pero los otros 7 países que participan son países que nos llevan ventaja en muchos sentidos”.  

·         “Si comparamos los resultados de PISA-2000 y los de PISA-2012, estamos mejorando. Lo que pasa es que otros países mejoran más rápidamente que nosotros”.

·         “Estar en la cola es culpa del magisterio peruano y hasta los dirigentes del SUTEP así lo han reconocido”.

·          “Comparando los resultados de PISA 2000 con los del 2012, positivamente descubrimos que estamos avanzando en comprensión lectora y matemática; así como en el achicamiento de las brechas urbano/rural o público/privado”.

·         “Necesitamos cambios dramáticos en el sistema educativo”. “Debemos avanzar de una manera mucho más agresiva en el sistema educativo, tanto en la calidad de la formación de quienes se preparan para ser docentes como en la formación de servicio” (sic).

Detrás de estas afirmaciones, no hay cuestionamiento a los parámetros generalizados la Prueba PISA. En casi todos los casos, hay aceptación del modelo de sociedad y de educación y de lo que se trataría es de acelerar y hacer más eficiente lo que está en marcha. Y esto evidentemente no es solamente una cuestión técnica, sino de opciones político-ideológicas.

Los resultados de la Evaluación Censal de Estudiantes, ECE 2006-2012 (estudiantes de educación primaria), de UNESCO-LLECE 1997 (estudiantes de educación primaria) y de PISA 2000, 2009 y 2012 (estudiantes de educación secundaria) nos llevan a la misma y consabida constatación: Los estudiantes de la Educación Básica del Perú tienen pésimos rendimientos, por lo menos, en dos o tres disciplinas seleccionadas. La evaluación del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) nos señala que solamente estamos mejores que Honduras y República Dominicana, en el concierto de América Latina. La evaluación PISA establece que somos coleros a nivel internacional, por lo menos, en 65 países donde se realizó la prueba.

Es interesante anotar que las ECE nos hablan de los bajos rendimientos en el 2° Grado de Educación Primaria; los resultados del LLECE, nos repiten que similar situación se da en el 4° y 5° Grado de Educación Primaria; y PISA ratifica el problema para el caso estudiantes peruanos/as del 4° año de Educación Secundaria (15 años). Si siguiésemos la cadena, ¿podríamos estimar que los resultados serían deprimentes también en Educación Superior? Y si es verdad que “por sus frutos, los conoceréis”, podríamos aseverar que el sistema educativo peruano –en su conjunto- se encuentra en crisis.

CIERRES DE CAMPO Y CALIDAD EDUCATIVA

Toda evaluación (también la educativa) es una valoración de una situación dada. Y obviamente para establecer esa valoración, se requiere algunos parámetros de referencia. En PISA, estos parámetros tienen que ver con –por lo menos- dos cierres de campo importantes: (a) Evaluación en Comprensión lectora, Matemática y Ciencias; y (b) Saberes y niveles en los saberes que son objeto de evaluación en cada una de las tres disciplinas.

PISA solamente busca valorar el rendimiento estudiantil en tres disciplinas. Y para algunos esto es sinónimo de evaluar la calidad educativa; ni siquiera señalan que se trata de “indicadores”, sino de la misma calidad educativa, estableciendo un reduccionismo vergonzante. ¿Y la formación en ciudadanía, derechos humanos, valores, interculturalidad… dónde queda? Muchos “especialistas” hacen el juego a este reduccionismo que –para quienes tenemos un enfoque de formación integral- resulta aberrante. Con cierta objetividad, deberíamos hablar simplemente que “estamos mal en comprensión lectora, matemática y ciencias, como indicadores de una  formación básica”.

Aún más, para quienes creemos que la calidad de la educación tiene  que ver con un nexo inseparable entre: , , y , una evaluación que se queda en el establecimiento del (aprendizajes) resulta interesante, pero parcial e incompleta. Importa determinar de qué manera los aprendizajes (saber subjetivo) se traducen en práctica social (saber objetivado o educación con valor de uso) y ver si los estudiantes avanzan a niveles de recreación (saber recreado), como una exigencia de una pedagogía que cree en la creatividad también de los estudiantes.

En la práctica investigativa, es absolutamente normal establecer cierres de campo, sin que ello le reste seriedad. Pero –en todos los casos- el investigador señala (justamente por la seriedad en su trabajo) los límites de su estudio.

PISA también establece (lícitos) cierres de campo que limitan sus alcances. Querer darle atribuciones mayores es inclusive distorsionar su seriedad, aún dentro del marco en que se diseñó y aplicó. Evalúa tres disciplinas importantes, pero esto no significa evaluar la “calidad educativa”, a no ser que –para algunos- solamente ese sea el nivel de aprendizajes que requiere nuestro Pueblo.

EL PARA QUÉ DE LA EDUCACIÓN

Como lo dice nuestro “Proyecto Educativo al 2021” (PEN, p. 28), la educación deberíamos asumirla como “fin” y como “medio” del Desarrollo Humano. No se justifica per se. Tiene fines que sirven de grandes referentes, hacia donde debería orientarse todo aprendizaje. En principio, pueden existir logro en los objetivos de aprendizaje; pero, ellos deberían tener impactos en la práctica social de las personas.

Es decir, , aunque sea una delimitación parcial, cobra su pleno sentido si todo ello se orienta hacia fines explícitos. De lo contrario, estaremos con una visión “ombliguista” de la educación. Claro está que el mejoramiento en estos campos es positivo, pero su verdadero propósito está en que todo ello sirva para avanzar en Impactos referidos al Desarrollo Humano, en la perspectiva del Buen Vivir. Por ejemplo, si nuestra opción es tener un “país industrializado” para generar mejores condiciones de vida en la población, la práctica educativa se debería orientar hacia este “Proyecto de País”. El mejorar en aprendizajes cobraría un sentido estratégico para el mismo desarrollo del Perú.

PISA está lejos de esta intencionalidad, aunque importa reconocer que busca evaluar aprendizajes-aplicados y no simplemente enunciados cognitivos.

DETERMINACIONES Y/O CONDICIONAMIENTOS

Usando un lenguaje de investigación, los rendimientos evaluados por PISA vendrían a ser como la variable Y. Analizando el comportamiento de esa “variable dependiente”, se tendrían que identificar sus factores determinantes y/o condicionantes. Esto permitiría establecer, con cierta base, cómo alterar la situación Y.

La evaluación de la UNESCO-LLECE no solamente estableció el nivel de rendimientos, sino que estudió los  “Factores asociados al logro cognitivo de los estudiantes de América Latina y El Caribe”. También PISA-2012 señala correlaciones que permiten identificar pistas posibles para explicar el nivel en los rendimientos escolares. En ambos casos, no se cae en simplificaciones ideologizadas como las siguientes: ¡El maestro es el culpable y, por lo tanto, (sólo) hay que hacer cambios en su formación inicial o en servicio! o ¡Hay que acabar con el SUTEP, pues aquí está la raíz del problema!

En realidad, la crisis de la educación peruana y de otros países es de larga data. Y superar esta situación también es de mediano y largo plazo. No se trata de alterar un solo factor (X), sino y de manera concomitante, un conjunto articulado de factores: Enfoque y fines de la educación, Currículo, políticas magisteriales, infraestructura, condiciones de educabilidad, gestión educativa, tamaño y ejecución presupuestal… Ahora bien, hacer estas transformaciones -de manera sistemática y sincrónica- suponen no solamente estar en el Gobierno, sino estar en el Poder y hacer ejercicio del mismo. Todo ello, con Proyecto de País. Y, en este sentido, desde un enfoque popular, el sentido y las respuestas a los resultados de  PISA y otras evaluaciones tienen y deben tener una explícita connotación político-ideológica.

El tufillo de “colonialismo pedagógico” que nos sugiere PISA, como lo denuncia Pablo Gentili (1), no debe ser obstáculo para avanzar con otros parámetros evaluativos.
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Ver interesante análisis de Gentili en:
http://blogs.elpais.com/contrapuntos/2013/12/rankingmania-pisa-y-los-delirios-de-la-razon-jerarquica.html
 

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