jueves, 9 de junio de 2011

VICTORIA DE OLLANTA: ¡EDUCACIÓN ESPERANZA!


El pasado domingo 5 de junio del 2011 es una fecha histórica en el Perú. Las elecciones presidenciales dieron la victoria a Ollanta Humala y con él a un Gobierno formalmente de “centro izquierda” (centro en el campo de la economía e izquierda en el campo de lo social). En este contexto, nuevas tendencias deberían abrirse también en el campo socio-educativo. La utopía de una Educación-Esperanza podría encontrar un mejor campo de realización.

Resumamos lo que a mi juicio son los límites y posibilidades que el nuevo Gobierno de Ollanta abre en el campo educativo.

CONFLUENCIA DE SITUACIONES

1. Ante la crisis de la educación peruana, hay consenso en la necesidad de revolucionar la educación. Para ello, hay tres prerrequisitos sine qua non y concomitantes: (a) Tener propuestas (validadas) de cambio; (b) Contar con sujetos colectivos de cambio; y (c) Tener poder para tomar decisiones.

2. En relación a las propuestas de cambio, no se parte de cero:
  • Hay propuestas particulares generadas desde la sociedad civil (1)
  • A lo largo y ancho del país, existen docentes e instituciones educativas que han ido generando propuestas educativas significativas y exitosas (2)
  • En la mayoría de las regiones educativas ya existen “Proyectos Educativos Regionales” que esperan su concreción. Y también se ha iniciado la elaboración de “Proyectos Curriculares Regionales”, como es el caso de Puno (3)
  • A nivel nacional, existe un “Proyecto Educativo Nacional al 2021”, el cual formalmente fue aprobado como política de Estado en enero del 2007. Sin embargo, esta propuesta no ha tenido una concreción sistemática.
Estas propuestas significativas y exitosas se han venido dando de manera paralela e importa que confluyan.

3. En relación a los sujetos colectivos de cambio, existen también importante grupos ya organizados y  trabajando para el cambio socio-educativo. Por ejemplo, los colectivos de Fe y Alegría, de Equipos Docentes, de los “Círculos de Autoeducación Docente”, de los Núcleos de Afirmación Cultural Andina (NACA), de Docentes Indígenas del FORMABIAP, de los acompañantes de niños que estudian y trabajan, de COPERA en educación inicial, et.etc. etc.

Al mismo tiempo que existen estos colectivos con experiencia de cambio, importa reconocer que también aquí está faltando articulación (4).

4. Sin duda alguna, en este trabajo yuxtapuesto, hay una dosis de responsabilidad de las personas individuales y de los colectivos particulares. Existe de por medio, la disparidad en las fuentes de financiamiento de los proyectos; pero –sobre todo- limitaciones de un liderazgo articulador y de un enfoque de sinergia en el poder. Las experiencias están allí, los grupos están allí pero no se ha llegado a una necesaria articulación.

PODER LOCAL Y REGIONAL. EL CNE.

5. Como hemos dicho hay un 22% de gobiernos locales que tienen alcaldes que son docentes y en no menos del 50% de ellos, hay regidores que son docentes. Evidentemente no todos estos docentes de los gobiernos locales tienen interés en la educación, como también lo contrario. Hay alcaldes no docentes (por ejemplo, un médico alcalde de Comas) que manifiestan interés en apoyar la educación.

Podemos afirmar, entonces, que a nivel nacional, existe un disperso interés de los gobiernos locales por priorizar el quehacer educativo.

6. Hemos identificado, en todo el país, hasta doce Direcciones Regionales de Educación (DRE) que están en manos de personas progresistas y otro tanto bajo la responsabilidad de personas dispuestas a un apoyo sistemático para el desarrollo de la educación en sus regiones. Hay, pues, un poder regional dispuesto al cambio.

7. La Municipalidad Metropolitana de Lima está ad portas de asumir la gestión del sector educación. De ser así, una renovada Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana podría comenzar a perfilar una propuesta de educación progresista. En la DRE cuantitativamente más importante del país se podría gestar una significativa experiencia.

8. Desde el ámbito nacional, en los últimos meses se han dado cambios importantes en el influyente Consejo Nacional de Educación (CNE). Esperemos, por ejemplo, que la nueva dirección de esta institución recupere su autonomía frente al Ministerio de Educación y desarrolle su liderazgo no solamente para exigir que se cumpla el Proyecto Educativo Nacional al 2021, sino para ejercer su rol de opinar de oficio sobre las prácticas educativas del Legislativo y del Ejecutivo.

VICTORIA DE OLLANTA Y EDUCACIÓN

9. Está claro que la victoria de Ollanta Humala ha sido la derrota de la fujimorista derecha continuista, de la corrupción y de la burla hacia los derechos humanos. Como lo recordamos hace un mes, un ex ministro de educación fujimorista cínicamente aceptaba: “nosotros matamos menos que otros gobiernos”. Muchos hemos trabajado por esta derrota.

10. Pero también está claro que no ha ganado la izquierda clasista de antaño. La campaña mediática hizo que el candidato Humala se ubicase –en términos programáticos- en el centro. La “concertación” se está dando no solamente en el campo político, sino tiene su expresión en el campo económico. El “no se va a modificar el modelo” (económico) es la expresión clave para explicar la aceptación del nuevo presidente electo por los grupos de poder. Podemos esperar al menos una propuesta económica de centro.

11. ¿Y que pasará en educación desde el Gobierno Nacional o Ministerio de Educación? ¿Tampoco se modificará el modelo educativo? Creemos que sí pueden darse cambios.

12. En la vieja Europa, se cultivó durante el siglo XX una propuesta de aceptar como una sola moneda: el mando económico en la derecha y lo concerniente a lo social en manos de la izquierda (recordemos la famosa novela de “Don Camilo y don Peppone”). Los grupos de poder como que dicen: “Hagan lo que quieran en el campo social, educativo y cultural, con tal que no afecten el núcleo duro del poder y de las relaciones sociales de producción”. Esta estrategia del sistema podría repetirse en el Perú de los próximos años.

13. Si aceptamos que los grupos de poder harán la anterior “concesión estratégica” y si asumimos que hay un contexto de cambio a nivel local y regional, es posible que se den modificaciones importantes en el campo educativo, dentro de un Ministerio de Educación cada vez con menor poder, por el proceso de transferencia de competencias a las regiones. Podríamos tener un gobierno de centro-izquierda: De centro en lo económico y de izquierda en lo social, con las contradicciones propias que se desprenden.

14. No podemos dejar de advertir que los “sujetos de cambio” (progresistas y de izquierda) del nuevo Gobierno se ubicarán fundamentalmente en los sectores sociales, como Educación, y esto resulta un factor de importancia sustantiva. De ellos dependerá la orientación de las políticas educativas:
  • Las políticas educativas pueden quedarse simplemente en el “achicamiento de brechas de inequidad” en educación pero teniendo como parámetro el “debe ser” de un perfil neoliberal de hombre y sociedad. Una suerte de “inclusión educativa”;
  • O se aprovecha del ejercicio del poder en educación para dialécticamente poner en marcha políticas educativas que profundicen los aspectos positivos del sector, así como para formar sujetos de un futuro cambio sustantivo de la sociedad.
15. Considerando todo lo dicho anteriormente, el Gobierno de Humala en Educación puede ser el elemento de poder político que se necesitaba para de veras sentar las bases de una revolución educativa. Ésta –a nuestro modo de ver- debe considerar los avances en cuanto a propuestas colectivas de cambio y a sujetos colectivos de cambio que antes hemos señalado.

16. Un elemento de convergencia podría ser el consensuado “Proyecto Educativo Nacional” al 2021”, el cual debería asumirse, pero haciéndole reajustes. El PEN podría asumirse como una propuesta inicial y  desencadenante de cambios más amplios y profundos. Solamente así la victoria de Ollanta Humala podrá constituirse en esperanza para la educación de nuestro Pueblo.
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(1) Varias instituciones como ONGs tienen importantes prácticas pedagógicas en situaciones dispares del país. Existe un saber validado y a veces sistematizado, que podría ser objeto de generalización. Los amigos del FORMABIAP en Iquitos tienen propuestas importantes sobre Educación Intercultural y Bilingüe; los amigos del CEOP Moquegua tienen avances interesantes sobre educación y ciudadanía; el Instituto de Pedagogía Popular tiene experiencia acumulada sobre innovaciones con enfoque liberador y loncheras nutritivas en seis lugares del país; los amigos de Tarpurisunchis en Apurímac han avanzado en educación bilingüe; los colegas de Educa desarrollan experiencias de educación-trabajo en Huancavelica; la institución IFEJANT tiene propuestas -validadas en Lima, Jaén, Puno y Huancavelica- que responden a la problemática de niños que estudian y trabajan; importantes propuestas son desarrolladas por los amigos de TAREA y del IPEDHEP en el sur andino; etc.etc. El problema es que estas y otras experiencias no se han articulado.

(2) Anualmente la “Derrama Magisterial” y un Banco particular han venido premiando a prácticas individuales de buena docencia. Pero también hay instituciones educativas que con experiencias significativas en el país. Por ejemplo, las instituciones educativas de “Fe y Alegría”, la IE de los Algarrobos en Piura, el CEI Nº 250 de Lamas, etc.

(3) Hay varias UGELs y DREs que formalmente tienen avances interesantes, como –por ejemplo- la DRE de Puno o la DRE de San Martín.

(4) La semana pasada estuve en una reunión convocada por la Municipalidad Metropolitana de Lima. La agenda única era: articular actividades particulares sobre el “Día del Maestro”. Fue interesante escuchar cómo sobre este caso puntual existían esfuerzos muy interesantes solamente en Lima Metropolitana; pero todos estos esfueros eran aislados. Definitivamente, hay un imperativo de articulación de las dispersas experiencias.

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